En las laderas del Castillo de San Jorge (Castelo de São Jorge) ha crecido a su antojo desde hace siglos este viejo barrio de pescadores, que debe su nombre a su origen árabe (Al-Hamma).
Si existe un barrio que no podemos obviar en nuestra visita a la ciudad es Alfama, alma de la vida lisboeta y cuna del fado. Paseando entre sus fachadas desconchadas y escuchando cómo se precipita el 28 por sus calles empinadas sentiremos la auténtica esencia de Lisboa.
Si quieres descubrir los mejores rincones de Alfama de la mano de un guía local en español, échale un vistazo a nuestra visita guiada por Alfama y descubre todos los secretos del barrio más pintoresco de Lisboa.
Una buena opción para comenzar el recorrido por Alfama es subirnos al tranvía 28 en la Plaza de Martim Moniz (aconsejamos hacerlo temprano, ya que en las horas centrales del día y en temporada alta puede haber más de una hora de cola) y bajar en la parada frente al Panteón Nacional, que reconoceréis enseguida por su enorme cúpula.
Si es martes o sábado, junto al Panteón encontraréis la Feira da Ladra, una especie de mercadillo callejero donde podréis comprar todo tipo de objetos antiguos, ropa, muebles, juguetes, discos, libros…
Desde allí podéis hacer una parada en el quiosco del Jardim Botto Machado, un parque situado justo sobre la feira, pequeño y muy bonito:
Cuando os hayáis cansado de ver puestos seguid bajando en dirección al río hasta toparos con el impresionante mirador das Portas do Sol, desde donde obtendréis una de las panorámicas más bonitas de Alfama.
Justo al lado se encuentra otro famoso mirador de Lisboa, el Mirador de Santa Lucía. Desde este mirador de aire romántico disfrutaremos de una panorámica magnífica de Alfama y del Tajo: veremos la Iglesia de San Esteban, las torres blancas de San Miguel y la cúpula de Santa Engracia.
A partir de aquí, podemos seguir nuestro trayecto a pie (no olvidéis llevar calzado cómodo, pues el empedrado de sus calles en cuesta puede jugarnos una mala pasada) en dirección al Castillo de San Jorge, desde donde disfrutaréis de una de las vistas más espectaculares de la ciudad. De aquí os llevaréis una de las mejores fotografías de Lisboa.
La pequeña Sé (Catedral de Lisboa) nos espera algo más abajo. Descendiendo entre sus plazoletas y escalinatas, en dirección al río, iremos topándonos con alguno de sus edificios más carismáticos, como la Casa dos Bicos o el Museo del Fado.
Como recomendar un recorrido concreto en Alfama sería hacerle perder parte de su encanto, nuestro consejo es que os perdáis entre sus laberínticos rincones, sin prisas, impregnándoos de ese sabor popular tan suyo.