En el barrio de Belem encontramos uno de los museos más emblemáticos de Lisboa, el Museo de la Marina (Museu de Marinha).
Ya os hemos contado cómo la zona de Belem se convirtió en símbolo de las conquistas portuguesas ultramar a través de monumentos como el magnífico Monasterio de los Jerónimos o la Torre de Belem. Todos ellos son ejemplos de la supremacía lusa durante la época dorada de los descubrimientos; durante los años de Enrique el Navegante y del famoso Vasco de Gama.
Pues bien, en el Museo de la Marina encontraréis también una gran cantidad de curiosidades de la llamada Era de los Descubrimientos.
Así nació el Museo de la Marina de Lisboa
Se cuenta que fue el rey D. Luís quien dio origen al Museo de la Marina, pues durante el siglo XIX decretó que todos los testimonios relacionados con la historia marítima portuguesa fueran recopilados, con la voluntad de preservar una parte importante de la historia del país, la de su papel como pioneros en la conquista de los mares.
Poco después, la reina María II también puso su granito de arena en la consolidación del museo gracias a la donación de los buques pertenecientes al Palacio de Ajuda. Fue entonces cuando se empezó a pensar en la ubicación actual como sede de un museo como tal.
Pero no sería hasta el siglo XX cuando el museo se configuraría como tal, gracias a la donación de Henrique Maufroy de Seixas, investigador de todo lo relacionado con el mar, de su colección personal que, no obstante, fue itinerando de un emplazamiento a otro hasta que por fin en 1962 quedó instalada en el ala oeste del Monasterio de los Jerónimos. El Museo de la Marina abría por fin sus puertas al público, más de un siglo después de que el monarca D. Luís decretara su creación.
Museo de la Marina, una colección dividida en dos edificios
Actualmente la colección del Museo de la Marina está repartida entre el ala oeste del Monasterio de los Jerónimos y un edificio anexo, justo frente al Museo Berardo.
- En la parte del museo situada dentro del monasterio nos reciben las estatuas de los grandes protagonistas de la historia marítima portuguesa, como el ya mencionado infante Enrique el Navegante.
- La primera sala repasa la evolución de la ingeniería náutica a lo largo de varios siglos, así como el largo período de esplendor marítimo portugués, que condujo sus naves hasta lugares tan remotos por aquel entonces como las costas africanas.
- También encontraremos en el museo una variada colección de objetos relacionados con la navegación, como astrolabios y mapas antiguos. Además, hay numerosas maquetas de barcos a lo largo del recorrido.
- El edificio moderno del museo, por su parte, alberga lo más espectacular del mismo: el Pavilhão das Galeotas, la colección de barcos reales reproducidos a escala real, entre los que destacan el yate Sirius, las seis embarcaciones reales del siglo XVIII, la barcaza de María I o el hidroplano que cruzó por primera vez el Atlántico.
Si os gusta la historia y todo lo relacionado con el mar, no os perdáis este museo, que podréis visitar en una hora de forma más o menos rápida, aprovechando vuestro recorrido por el barrio de Belem.