Dicen que la Feira da Ladra de Lisboa recuerda al Rastro de Madrid, aunque a nosotros nos parece que la primera aún conserva el encanto de los mercadillos improvisados con todo tipo de curiosidades que desgraciadamente ha ido perdidiendo con el tiempo el famoso mercado madrileño.
Para nosotros, la Feira da Ladra es una visita interesante y casi obligada en Lisboa, pues curiosear entre sus puestos de antigüedades y objetos varios se ha convertido en una gran forma de pasar una mañana de sábado. Si tienes suerte y regateas bien, puedes llevarte a casa algunos recuerdos de Lisboa mucho más originales que los que encontrarás en cualquier tienda de souvenirs.
Un mercado negro
La Feira da Ladra debe su nombre a su origen no demasiado legal, pues era el lugar donde se vendían los objetos robados. La feria se celebra desde la Edad Media, por lo que es el mercado más antiguo de Lisboa; de hecho, ha pasado por varios emplazamientos desde entonces hasta su localización actual, en el Campo de Santa Clara.
Además, esta feria está muy bien acompañada por el Panteón Nacional y la Iglesia de São Vicente da Fora, donde comienza, así que puedes comenzar la visita por Alfama en este punto e ir bajando hacia el resto de monumentos.
Qué comprar en la Feira da Ladra
- Muebles antiguos y objetos decorativos de segunda mano, como frascos de bebida, botes metálicos de despensa, cerámicas, lámparas, cajas… también es frecuente encontrar puestos de libros.
- Ropa, complementos y bisutería: desde la manta en el suelo con una montaña de ropa donde hay que pararse a revolver si quieres encontrar algo decente hasta los puestos establecidos como tales, donde los artesanos locales venden sus creaciones. Hay varios donde se venden brazaletes, collares y otro tipo de joyas supuestamente hechas en plata, pero es conveniente que te asegures de que el material sea el que crees para que no te den gato por liebre.
- Cerámicas y azulejos: si quieres comprar el típico azulejo de colores, el blanco y azul tan característico del estilo manuelino que abunda en Lisboa o uno pintado con motivos de la ciudad, como un tranvía, este es el mejor lugar para encontrarlo. Aquí hay gran variedad de puestos que los vende y si regateas un poco el precio, no son muy caros.
- Objetos de coleccionista como monedas, carteles, discos, sellos o cámaras de fotos antiguas.
No te pierdas la Feria da Ladra si disfrutas conociendo el lado más auténtico de cada ciudad y te gusta buscar curiosidades y regatear: reserva un par de horas para perderte entre todos los puestos salpicados por los alrededores del Campo de Santa Clara y, quién sabe… quizás encuentres algún tesoro ;)