Para llegar hasta este mirador hay que subir mucho (pero mucho). Eso sí, el esfuerzo merece la pena, pues al estar sobre uno de los puntos más altos de Lisboa (el monte San Gens), las vistas son una de las mejores de toda la ciudad.
El mirador más alto de Lisboa
Desde la altura que nos proporciona el mirador da Senhora do Monte podremos contemplar prácticamente toda la ciudad a nuestros pies: el Castillo de San Jorge, el Convento do Carmo, el elevador de Santa Justa, toda la Baixa, las grandes avenidas de la zona de Marqués de Pombal…
El espacio en el que se ubica el mirador es bonito por sí solo, rodeado de pinos que dan sombra a los visitantes mientras toman fotografías sin parar o se relajan disfrutando simplemente de esta preciosa panorámica.
Buena suerte para las embarazadas
Junto al mirador se encuentra la capilla de Nossa Senhora do Monte, a la que tradicionalmente han acudido las embarazadas para pedir protección durante el parto. Esta ermita fue reconstruida tras el terremoto de 1755, por el arquitecto José Teixeira Honorato, y aunque su ubicación no es exactamente la misma que la del santuario original, conserva algunos de sus elementos, como la silla de piedra de San Gens en la que se sientan, en señal de buena suerte, las futuras madres.
Este mirador suele quedar fuera de las rutas turísticas de Lisboa simplemente por su altura, pues aunque está en el barrio de Graça y podemos acercarnos con el tranvía, hay que subir a pie para llegar hasta él por una cuesta bastante pronunciada. Sin embargo, para nosotros merece totalmente la pena el esfuerzo, ya que aunque la ciudad está llena de miradores igualmente bonitos, las vistas desde el mirador de Senhora do Monte son únicas.
Muy cerca de este mirador, con parada de tranvía prácticamente enfrente, se encuentra una de nuestras tabernas de fado favoritas, A Tasca do Jaime (Rua da Graça, 91), donde podéis escuchar fado en directo mientras tomáis unas cervezas y algo de picar, sin necesidad de reservar ni pagar una entrada y en un lugar mucho menos turístico y más auténtico que la mayoría de casas de fado que se encuentran por Alfama.
Un buen plan para una tarde es acudir pronto a escuchar fados (comienzan sobre las 16:30) para coger sitio, y después subir hasta el mirador por la Rua da Senhora do Monte, para ver atardecer sobre Lisboa.